Hace tan solo unos días terminé un libro que ya me había leído hacía un tiempo: Bajo la misma estrella, de John Green (la mayor parte conoceréis la historia por la adaptación cinematográfica). Uno de los personajes decía que el cáncer es una parte de nosotros luchando contra nosotros; una guerra civil. Que ambas partes luchan por sobrevivir hasta que al final una puede a la otra.
Las mujeres que se enfrentan a un cáncer de mama son luchadoras, pero no solo por hacerle frente al cáncer, sino por hacerle frente a sus miedos, a perder un pecho (o los dos) o incluso los ovarios.
Veréis, hace varios años, antes de empezar Medicina, estuve ingresada. La primera vez que hablé con mi compañera de habitación me contó su historia. Le habían diagnosticado cáncer de mama y ya había sido intervenida seis veces, esta era la última. Había pasado también por la quimio y la radioterapia. Y lo aceptaba. Lo que más me sorprendió fue la forma tan estoica y positiva que tenía de enfrentarse al cáncer. Y, entonces, lo que yo tenía dejó de importarme. Han pasado seis años y el recuerdo más nítido que tengo de ese ingreso es mi compañera de habitación.
Pero el cáncer da miedo. Da mucho miedo. Lo he visto de amiga, de familiar, de estudiante. Lo veré de médico. Y no siempre tenéis por qué ser valientes. Tenéis todo el derecho del mundo a asustaros, a llorar y a rabiar si es lo que necesitáis. Porque siempre, y sobre todo cuando os flaqueen las fuerzas, nosotros estaremos a vuestro lado.
Ese es mi mensaje de hoy. Tengo la inmensa suerte en mi facultad de contar con magníficos compañeros que un día, dentro de muy poco, serán magníficos médicos. Entre todos los de la II Promoción de la Facultad de Medicina de Ciudad Real (en especial las que dirigieron y las que ofrecieron su buen ojo fotográfico), hicimos un vídeo en honor a todas vosotras, a esas increíbles estrellas que no dejan de brillar, a esas mujeres que cada día vencen sus miedos. Estamos con vosotras.
Un abrazo enorme.